El periodismo también se rebela contra la prensa.

octubre 28, 2022
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Por Eliana Cañizares Véliz*

El escritor y periodista cubano, Carlos Manuel Álvarez, fue el expositor de la “Masterclass. Crónicas insurgentes, el periodismo contra la prensa”. Esta actividad, organizada por la maestría en Periodismo de la Universidad de Los Andes, el Centro de Estudios en Periodismo (CEPER) y el Programa de Medios para América Latina de la Friedrich-Ebert-Stifung, duró del 11 al 14 de octubre de 2021. 

Carlos Manuel Álvarez nació en Matanzas, Cuba, en 1989. Sus estudios de periodismo los realizó en la Universidad de La Habana. En el 2016 cofundó la revista digital El Estornudo, una publicación independiente de periodismo narrativo. Es autor de las novelas La tribu, retratos de Cuba (2017) y Falsa guerra (2021). 

Primera sesión: “Crónica e ideología”

¿Es posible que las escuelas de periodismo hayan cometido un grave error en la educación de los comunicadores? Carlos Álvarez considera que sí. Si hay periodistas que compiten por ser los primeros en transmitir la noticia o por obtener la información completa sin que importen los códigos éticos, es muestra de que algo falló durante su formación.

Regresando a cuando era estudiante, agregó: “En las clases de periodismo nos han enseñado a comunicar, pero no a callar”. La frase puede sonar extraña, y es que ¿no es trabajo del periodista precisamente informar?, ¿por qué tendríamos que aprender a callar?  Álvarez lo explicó: no tiene nada que ver con la autocensura ni con la libertad de expresión, sino con el criterio, con la correcta elección de palabras. Asimismo, reconoció que el lenguaje tiene poder y como periodistas no debemos ostentar esa autoridad para nuestra propia gratificación; más bien hay que ponernos al servicio de las personas, del pueblo. 

Con base en su cátedra, el trabajo del periodista es servir, investigar lo que está fallando, descubrir lo que está funcionando y publicar la información que la audiencia necesita. Pero, quizás lo más importante, es que la naturaleza del periodista es ir en contra del poder, del que ostenta el Estado, lo tradicional y, en gran medida, el de los medios de comunicación. 

Esto es lo que Carlos Álvarez llama “rebelarse contra la prensa”, frase que inspiró el título de la master class dictada, y de este propio artículo. A lo que el periodista se refería con tal afirmación es a romper las reglas de la prensa, de lo mainstream y de lo que nos han enseñado que ‘vende’. El buen periodismo ve más allá de la superficialidad de los hechos y no obedece a las imposiciones.

Segunda sesión: “Lenguaje, reportería y arquitectura del texto”

Álvarez hizo hincapié en la composición del texto y el proceso que se sigue durante la reportería de una historia. Una de sus afirmaciones más relevantes fue: “Un hecho siempre nos va a demostrar cuándo la reportería ha terminado”.

Esta frase vino acompañada de una historia, un caso con el que muchos periodistas pueden identificarse, pues se lo habrán encontrado al menos una vez en sus carreras. Álvarez publicó esta historia “Tres niñas cubanas” en su revista digital El Estornudo. Fue elaborada a partir de un trágico accidente en La Habana que provocó la muerte de tres niñas de 10 y 11 años.

Necesitó de una gran cantidad de reportería, pero el momento de retirarse de los hechos llegó cuando la madre de una de las niñas, dolida por la muerte de su hija, le gritó a Álvarez y le ordenó que se retirara y respetara el dolor de la familia.

No hay una regla que indique a los periodistas hasta qué punto se puede insistir en la investigación, esto queda totalmente a su criterio. Aun así, siempre hay hechos que indican que es momento de retirarse, que ya se ha hecho suficiente. Se debe recordar que: “la historia está en los hechos, y hay que pensar desde y en la reportería”.

Tercera sesión: “Textos del cronista”

Álvarez explicó: “Los textos que importan, perturban al tranquilo y tranquilizan al perturbado”. Ya sabemos que los medios de comunicación ostentan poder y, por lo tanto, tienen también la responsabilidad sobre la ciudadanía que los consume. Por esa razón, el docente aseguró que los periodistas deben crear textos que, si bien desafíen los dogmas de la sociedad, también sean útiles para sus lectores. 

Se deben evitar los artículos alarmistas dijo el docente, los perfiles revictimizantes y cualquier otro mecanismo que perturbe sin necesidad la tranquilidad de la audiencia. No obstante, añadió que eso no significa que el periodismo se deba quedar de brazos cruzados ante las injusticias. Al contrario, un buen texto que denuncia un hecho debe perturbar, debe causar una emoción en el lector para ser catalogado como un texto ‘que importa’, expresó. 

Otra característica relevante de los periodistas, según Álvarez, es su capacidad de aprendizaje. En su opinión, “uno empieza a aprender cuando empieza a desaprender”. Sí, desaprender, lo cual, según él, significa deshacerse de los conocimientos que se creen tener y que puedan estar basados en prejuicios, pues no se puede hacer buen periodismo sin cuestionarse.

Cuarta sesión: “Lecturas del cronista”

La última clase comenzó con un análisis de la obra Exotismo de César Aira, de la cual Álvarez resaltó la frase: “Soy hombre antes que francés, y no soy francés por casualidad”. Desde aquí partió la travesía y las preguntas acerca de la crónica de viaje. “¿Desde dónde se pertenece a algo? ¿Qué significa pertenecer?”, cuestionó.

El periodista afirmó que las crónicas funcionan como el despacho de un lugar extranjero, que involucran a un sujeto foráneo, al “otro”. Finalmente, estableció que el cronista le lleva noticias a personas que desconocen lo que sucede a su alrededor, así pertenezcan a ese contexto.

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