Los orígenes de la Universidad Casa Grande.

noviembre 16, 2022
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De Escuela de Comunicación Mónica Herrera a Universidad Casa Grande

Por Gilda Macías Carmignani

La Universidad Casa Grande (UCG) tiene sus orígenes en la Escuela de Comunicación Mónica Herrera, la que en sus inicios formó parte de la primera Red Latinoamericana de Escuelas de Comunicación con sedes en Chile, Ecuador, El Salvador y Argentina.  La primera Escuela se fundó en Santiago de Chile en 1979 y en mayo de 1992 inició sus actividades en Guayaquil. 

La Fundación Innovación y Desarrollo estuvo a cargo de la creación de la Universidad Casa Grande, sumando a la Escuela de Comunicación, la Facultad de Ecología Humana, Educación y Desarrollo y la Facultad de Administración y Ciencias Políticas.  La UCG nació oficialmente —previo informe favorable del CONUEP y de la Comisión de Educación del Congreso Nacional— mediante la Ley No. 99-30, publicada en el Registro Oficial No. 212 del 15 de junio de 1999. 

Su propuesta educativa aspiraba a satisfacer las necesidades de la sociedad desde los nuevos paradigmas de una educación para el cambio. Una educación impartida con métodos innovadores, orientada a responder a las prioridades nacionales, comprometida con la investigación y el rigor académico, atenta a las necesidades del mercado y los requerimientos del Estado, destinada a preparar profesionales competentes, éticos, creativos, tecnológicamente actualizados y conscientes de las complejas realidades externas.

 

El estatuto de la UCG (Art. 4) anticipaba la apropiación de los componentes metodológicos que la ECMH-Chile había transferido a la ECMH-Ecuador: “subrayar la importancia de aprender a aprender, aprender a innovar y a crear, aprender haciendo”. 

El encuentro entre Marcia Gilbert y Mónica Herrera en Santiago de Chile

La apertura de la Escuela de Comunicación Mónica Herrera (ECMH) en Guayaquil, en 1992, se comenzó a gestar dos años antes, con ocasión de la visita de Marcia Gilbert a Santiago, acompañando a su hija Jimena, quien había sido aceptada como estudiante en la ECMH de Chile. 

Mónica era una destacada educadora chilena, fundadora del Instituto Profesional Escuela de Comunicación, con formación y experiencia en comunicación social y publicidad. Marcia había constituido FASINARM en 1966 y contaba con gran trayectoria en los campos social y educativo, y en instituciones públicas, habiendo sido directora del Instituto Nacional del Niño y la Familia, y de la carrera Pedagogía Terapéutica en la Universidad de Guayaquil.

Ya en 1990, Mónica había propuesto a Marcia abrir la ECMH en Guayaquil.  Para la chilena, el programa académico debía expresar una nueva visión en la formación universitaria tradicional e incluir experiencias reales del mundo de la comunicación y juegos de simulación pedagógica. Esto despertó el interés de Marcia, quien buscó a destacados profesionales del sector educativo, comunicacional y publicitario para que la idea se concretara en la ciudad. 

La ECMH despertó mucho interés en colegios, medios de comunicación y el mundo de la comunicación, publicidad y diseño gráfico en el país. En 1999, una vez legalizada la Universidad Casa Grande, la ECMH pasó a ser la Facultad de Comunicación que mantuvo el nombre de Mónica Herrera en su honor. 

El Modelo Pedagógico

Para 1996, si bien se mantenía básicamente el diseño curricular de Chile, se habían introducido variaciones. El desafío, para Marcia, se definía en torno a lograr equilibrio entre no desdibujar el Proyecto ECMH, y paralelamente, dejar espacio para respuestas locales orientadas a generar calidad. 

En 1997, la transferencia tecnológica de la ECMH de Chile a la de Guayaquil ocurría de manera exitosa, debido a varios factores: 1) las visitas frecuentes de Mónica Herrera y Alicia Cantarero para acompañar el proceso; 2) la capacitación del equipo ecuatoriano en Chile; 3) la participación de dos exalumnos y docentes chilenos como Coordinadores Académicos; 4) un local funcional, accesible y bien equipado; 5) un equipo docente de alto nivel.

Pero la comprensión del proceso no sería plena sin señalar algunos componentes restrictivos y facilitadores de la interesante transferencia entre Chile y Ecuador, planteados por Marcia en 2009. Como obstaculizadores: la distancia geográfica entre Chile y Ecuador; el marco educativo oficial ecuatoriano que lentificaba los procesos; la diferencia de estilos de liderazgo; la falta de dispositivos explícitos de transferencia y no delimitación previa de áreas de intervención de ambos equipos. 

Entre los aspectos facilitadores, Marcia apuntaba los siguientes: el prestigio de la ECMH chilena para la cohesión del equipo; la credibilidad del equipo directivo hacia Ecuador y el apoyo de los promotores; la calidad intrínseca del modelo; la experiencia administrativa y docente que aportaba el equipo directivo de Ecuador; un personal de alta calidad y mística; la enorme satisfacción de los alumnos al finalizar el primer año; y la estabilidad del personal. 

Transferencia y adaptación del Método Pedagógico Casos a la UCG

Un elemento interesante del Modelo Pedagógico era el Método Pedagógico Casos. Según Rodrigo Cisternas: “Mónica trajo al aula, algo que en ese tiempo y hasta el día de hoy es habitual dentro de las agencias de publicidad que son las licitaciones”.  Casos buscaba simular de la mejor forma posible lo que realmente pasaba con las agencias de publicidad.

La UCG implementó Casos en las tres Facultades desde el primer semestre. La actividad generó gran expectativa, no desprovista de temores. Era demandante en términos del tiempo y esfuerzo que implicaba diseñarlos, monitorearlos y conducirlos con pertinencia y calidad a la presentación final. En palabras de Audelia High “los docentes eran renuentes a aplicar la metodología, sea por dudas legitimas o por el tiempo que requiere […]  el personal tenía que imbuirse de mística porque necesitábamos vender el concepto a un público escéptico y una comunidad tradicional”.  

Marcia expresaba el desconcierto del momento: 

Al comienzo Casos y la actitud de Mónica me descolocaba. Por una parte, reconocía la energía extraordinaria que esta actividad generaba en los jóvenes, su creatividad insospechada, sus emociones al rojo vivo, pero, asimismo, cuando las cosas no salían bien, las reacciones de los estudiantes eran muy duras y podían orientarse en cualquier sentido: contra sus compañeros o los profesores, o la Escuela, o ellos mismos. A los profesores nuevos, Casos los desconcierta, tienen que bajarse del discurso del Aprender Haciendo para en verdad, ellos, aprender haciendo. Se logra por ensayo-error, por observación y por metacognición.

A estas preocupaciones había que agregar las consideraciones éticas de la Facultad de Ecología Humana, donde los alumnos trabajan con seres humanos, lo que demandaba especial cuidado en su diseño. El primer Caso apuntó a la creación de una organización para brindar asesoría a las familias de migrantes. En la Facultad de Administración, fue el relacionado al nuevo Terminal de Transferencia de Víveres – TTV, en el que los alumnos debieron analizar a fondo su operación para proponer otro terminal en una ciudad ficticia, incorporando mejoras. 

En los primeros 10 años de creación de la UCG, los Casos se consolidaron en todas las facultades y carreras, de manera natural y propia. Para 2009, el Método Pedagógico Casos estaba para quedarse, no sin ciertas interrogantes para continuar su proceso de adaptación creativa a nuevas disciplinas, análisis que fue producto de la tesis de maestría de Gilda Macías y Magali Merchán.

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