Peter Mussfeldt: Un hacedor e imaginador de caminos.

abril 23, 2022
Comparte este artículo en:

Por Raúl Jaramillo*

Idus de julio de 1980. Era mi primer lunes como “bocetista” en el departamento de arte en la agencia de publicidad Norlop JWT; una de esas mañanas que con el paso de los años se volverían inolvidables. Miraba un tanto nerviosoa través del gran ventanal esquinero que se encontraba en el primer piso del edificio Miraglia— el apremio matutino de la ciudad.

Se escuchaban unas voces, in crescendo que abordaron, junto a sus pasos, el silencio de la amplia oficina. De repente, frente a mí, dos “grandes” planificando el día. El más joven y delgado era el inefable Max Benavides, con afro a la derniere[1]; el otro, alto y barbado, de acento fuerte y amable, era Peter Mussfeldt. Este último, hasta ese momento, era para mí un desconocido, pero sabía de su fama por el particular diseño de sus camisetas de mágicos pájaros; prendas que se convirtieron en saludo de bienvenida para cada famoso —realezas incluidas— que visitaba Las Encantadas islas Galápagos. Un gentil extraño a quien acompañaría en los siguientes 25 años.

Una mañana, muy anterior a lo narrado, 20 años atrás, un barco cuyo destino era la ciudad de los reyes (Lima), acoderó hacia la ribera occidental del Guayas y arribó en los muelles del Malecón. Por las escalinatas de aquella embarcación descendió un joven berlinés, llevando al hombro su mochila cargada de ilusiones, y en el corazón, el inquieto espíritu de Cocteau, dispuesto a la aventura.

Bajó a conocer la tropical ciudad, siendo una escala prevista en su viaje hasta la ciudad de Lima. Peter había emprendido este viaje —que llegaba a su fin sin saberlo aún— el día que partió en tren desde Berlín, años atrás, y que lo llevó hacia el azul Mediterráneo, a través de la Europa de la postguerra. Durante esa travesía, mientras estaba en París, conoció a ciertos personajes que estaban dando forma al nuevo renacimiento europeo. Ahí diseñó el póster que sirvió de promoción para una obra de teatro, El deseo atrapado por la cola; concebida por un tal Pablo Picasso. De aquel encuentro guardó con afecto un monograma con su nombre, Peter, el cual Picasso le dibujó en retribución.

Caminó por las calles de Santiago de Guayaquil y algo de la ciudad lo retuvo, al punto de apropiarse de él por el resto de su vida.

La historia cultural del Ecuador revolucionó con su llegada, con su cotidiano hacer y presencia. Todos los que con placer transitamos los senderos de las líneas, las formas y los colores, le debemos, sabiéndolo o no, algo. Peter despertó los ojos de un anquilosado Ecuador al futuro, al nuevo mundo que emergía desde el otro lado del “gran charco”, del Atlántico. Apartando la languidez y la nostalgia de los días frente al río, develó, para asombro de propios y extraños, la belleza de los vibrantes colores tropicales. Peter nos prodigó un espacio, una oportunidad para ver y hacer lo diferente, lo inusual; aproximarnos el futuro.

Experimentó y enseñó en el camino de las formas elementales; aunque amante de los detalles, divulgó la belleza de la línea y las formas puras. En lo personal, a través de sus ideas y palabras, encontré la belleza del neoplasticismo de Mondrian, y los vanguardistas. Sin duda, Peter Mussfeldt hizo camino al andar, asombroso e inolvidable camino; dejando tras de sí huellas indelebles desde los días, de sus días, hacia el porvenir. Avizoró senderos que muchos hemos recorrido y que, en lo particular, agradezco. Con algo de nostalgia —inevitable en la distancia— me atrevo a imaginar a Peter como un hacedor, un hacedor e imaginador de caminos; caminos propios y ajenos.

Hay personas que nunca deben partir, de hecho, nunca lo harán. Se quedan a guiar sueños. Son como el prodigioso sonido que marca el compás, el ritmo de las melodías que se vuelven clásicos. Son símbolos de generaciones que, gracias a ellos, el futuro tomará su forma ideal. Su legado se mantendrá allí, perenne, marcando pautas, tornándose día a día, imprescindible, inevitable.

Estas palabras las comparto con respeto y aprecio. Si algo he omitido o alterado, será producto de la leve memoria o de la fantasía que lo excepcional motiva.

* Cuenta con un máster y una licenciatura de diseño gráfico por la Universidad Internacional de La Rioja (España) y la Universidad Casa Grande (UCG), respectivamente. Exdocente de la UCG, la Universidad Santa María y el ITAE. En el ámbito ecuatoriano, ha trabajado en diversas agencias publicitarias y de diseño, y ha dictado charlas en diferentes eventos sobre diseño y creatividad. En 1989 fundó, junto a Peter Mussfeldt, el estudio Versus. Actualmente es propietario de Visualcom. Su portafolio registra 48 clientes nacionales e internacionales; algunos con lo que actualmente aún trabaja, desde multinacionales, bancos importantes, empresas gubernamentales, emprendimientos, entre otros.

[1] A la moda

Comparte este artículo en:

SOLICITA MÁS INFORMACIÓN:

YA DISPONIBLE VENTANALES 21

TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR

Un Caso patas arriba.

Un Caso patas arriba.

CASO DE COMUNICACIÓN Adriana Gómez y Andrés Altamirano* Presentamos un resumen de nuestra experiencia de Caso, que...

leer más

SIGUE NUESTRAS REDES

Inicio | Políticas de Privacidad | Contacto y Direcciones

Frente a la puerta 6 del C.C. Albán Borja.
(+593-4) 220-2180 (+593-4) 372-6250.
Guayaquil – Ecuador

Primera universidad de la costa ecuatoriana en convenio con:

 

 

 

MIEMBRO DE: