Por Sharon Alejandro López*
La autora comparte su experiencia en el desarrollo del Caso IV, el último de su plan de estudios en la Universidad Casa Grande (UCG).
Mi equipo lo conformaron Camila Mancero, Doménica Bucheli, Emilia Jiménez, Sharon Arteaga y yo, Sharon Alejandro.
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El COVID-19 ocasionó una interrupción educativa sin precedentes, afectando a más del 90 % de la población mundial de estudiantes; sin embargo, desde finales del 2020 se puso en marcha un plan de retorno a la presencialidad.
Siendo así, el pedido del Caso fue crear una propuesta de retorno para una institución educativa local, que beneficie a esta y las familias, y les permita orientar su toma de decisiones acorde a la pandemia.
Una vez elegida la institución con la que trabajaríamos, debimos empatizar con los niños, ya no solo como docentes. Pensamos en lo que podían haber experimentado muchos de ellos durante su educación virtual y por qué quisieran regresar a sus escuelas.
Con esa perspectiva clara, entrevistamos a padres, docentes, directivos y estudiantes de la institución. Gracias a los revisores del Caso, descubrimos otros enfoques que habíamos pasado por alto. Así surge “Encontrémonos”, propuesta que consistió en dos fases.
En la primera —que duraría seis semanas— se propuso dividir en grupos a los estudiantes, acorde a su residencia, y establecer un sitio abierto (parques o canchas) de reunión, una vez por semana y opcional; en cuyos encuentros se reforzarían las habilidades sociales, que, según nuestra investigación, son unas de las más afectadas por el encierro.
Luego, en la fase dos, comenzaría el retorno a la unidad educativa, siempre y cuando esta cumpliera con todas las medidas de bioseguridad y lineamientos que establece el proyecto PICE. En esta etapa se recomendó solo usar las aulas grandes, organizados por grupos y horarios para cada equipo. Se trabajaría bajo la pedagogía “Aula invertida”, en la que primero se envía el material de trabajo y la teoría para que los niños elaboren una idea inicial al respecto; luego el docente complementa y concreta estos aprendizajes.
Por tanto, nuestra propuesta se enfocó en pensar el ‘para qué’, ‘por qué’ y ‘para quiénes’ debe ser el retorno a la presencialidad. La propuesta fue un éxito. Aprendimos que desaprender puede llevarnos a una visión integral, que el trabajo y organización en equipo es esencial y que, si quieres sobrevivir en Casos virtuales, nunca deben faltar las risas e ideas locas.
* Estudiante de cuarto año de la carrera de Educación Especial de la Facultad de Ecología Humana y Educación de la Universidad Casa Grande (UCG).